sábado, 20 de septiembre de 2008

LOS JUEGOS DE TABLEROS MEDIEVALES DE LA CATEDRAL DE OURENSE ( IV )

Reglas del “Ludus Latrunculorum” o “juego del soldado”: Este juego se practica en un tablero (que normalmente) es de ocho por ocho cuadrados ( pudiendo variar el número de ellos y con ello, las raglas del juego). Cada jugador recibe 17 piezas, siendo 16 iguales y una diferente, que se denomina “Dux”. Esta pieza diferente simboliza el lider y las restantes los soldados. El juego se practica en dos partes: Primeramente cada jugador coloca dos piezas en el tablero en cada jugada, en cualquier punto del cuadriculado, siempre que la casilla este vacia. Después de estar colocadas las 32 piezas cada jugador , cuando le toca su turno, el “Dux”, en un punto a escoger del tablero. Durante esta fase las piezas no se mueven ni son eliminadas. En una segunda parte, los jugadores pueden, en su turno, mover una pieza en el tablero para cualquier dirección excepto en diagonal. El objetivo es intentar capturar las piezas del adversario y su “Dux”. La captura es hecha por bloqueamiento, en una línea vertical u horizontal, de la pieza entre dos del jugador contrario. La pieza capturada sale del tablero y no vuelve a ser utilizada en la partida. El jugador que captura la pieza contraria puede jugar de nuevo. Existe la posibilidad de que en una misma jugada se puedan “matar” dos más piezas del adversario. La pieza líder se mueve coma las otras piezas, pero con la particularidad de que puede saltar por encimade una pieza del adversario para una casilla vacia con el fin de bloquear una pieza. Saltando por encima no la elimina pero la pieza del adversario queda bloqueada. El “Dux” también se puede “matar” del mismo modo que las otras piezas. El jugador que elimina todas las piezas del adversario gana. La partida queda empatada cuando las piezas están dispuestas de tal modo en el tablero que no es posible realizar cualquier jugada. En este caso, gana el jugador que tuviera más piezas en juego. Para practicar el “Ludus Latrunculorum” es necesario buena visión estratégica y calcular las jugadas con anticipación….”

No quiero finalizar este apartado del trabajo, dedicado al acercamiento a la historia y las reglas de juego de los tableros que se pueden documentar en la catedral de Ourense y que pasaremos a analizar en el capítulo siguiente, sin referirme a la reciente publicación llevada a cabo por la Fundación José Antonio Castro, del citado libro de Alfonso X El Sabio, titulado “Libro de los Juegos: acedrex. Dados e tablas. Ordenamiento de las tarfurerías”, en el que D. Raúl Orellana Calderón, autor de la introducción a esta reedición de este magnífico manuscrito, en un breve pero muy exhaustivo estudio preliminar, nos introduce en el contexto temporal y entre otros planteamientos, nos habla del objetivo o finalidad que posee la practica de los juegos en esa época, teniendo en cuenta lo que se plantea en el citado estudio:
”La finalidad del juego no es otra que la proporcionar a los hombres divertimentos “con que se alegrasen” y combatir las cotidianas preocupaciones y pesadumbres de sus corazones; el puro disfrute, en definitiva ( y tanto mejor si además es intelectual). Por todo ello, debe cuidarse que las actividades lúdicas jamás fomenten el bajo instinto la codicia, la generadora de toda suerte de violentos males….Queda de este modo marcada nítidamente la diferencia entre la virtud practicada por el jugador cortesano y la condición reprobable del tahúr…El tratado tiene como misión subyugar este ámbito lúdico y expansión a las virtudes del entendimiento y la mesura: la práctica intelectual”.

Este planteamiento positivo de la práctica de los juegos, lo vemos ya reflejado en el prólogo del citado manuscrito que dice:

“Porque toda manera de alegría quiso Dios que oviessen los omnes en sí naturalmente por que pudiesen sofrir las cueítas e los trabajos cuando les viniesen, po rnd los omnes buscaron muchas maneras por que esta alegría pudiesen aver complidamientre.Onde por esta razón fallaron e finieron muchas maneras de juegos e de trebejos con que se alegrassen….”

En este maravilloso manuscrito de Alfonso X el Sabio, se pueden observar en magníficas ilustraciones todos los tipos de juego de tablero de los que habla el estudio, incluyendo como es lógico, los que tenemos presentes en la catedral de Ourense, por eso, en el apartado gráfico, reproduzco tres de esas bellas páginas, en que se pueden observar dichos juegos.

Nota.- En las imágenes que reproduzco hoy, podemos ver otra página del citado Libro de Juegos del Rey Alfonso X El Sabio, donde tenemos a dos personajes jugando al "alquerque de nueve" y en la fotografía, vemos de nuevo en la extraordinaria segunda bancada sur de la catedral de Ourense, en la que se puede apreciar claramente, entre dos tipos de alquerques, un "reticulado o un ajedrezado" grabado entre ellos.

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